En este enlace podréis consultar el resumen de lo acontecido en esa mesa. Ciertamente poca fue la información y pésimo el tono con el que se nos dirigió un Director General nervioso, visiblemente molesto, displicente, hosco en el trato y que contestaba, en la mayor parte de los casos, con evasivas. Sigue-->
Resulta sorprendente que en una reunión de este tipo a sólo mes y medio de comenzar el traslado fuera incapaz de determinar, estancia por estancia, la ubicación de los órganos judiciales que se iban a trasladar al nuevo edificio y los movimientos internos que se iban a producir entre las oficinas y servicios que ya se encuentran en la primera fase de la sede judicial de las Salesas. Por otro lado, es una pena que se hayan desperdiciado tantos meses en los que se podría haber planificado con tiempo y sobre la base del espacio real existente en el nuevo edificio y no el espacio que se desaría tener en el mismo. Hay que partir de unos mínimos criterios y de una cierta coherencia en el planteamiento incial de cómo se quieren ocupar esos espacios y luego intentar conjugarla con las necesidades reales (mobiliario, personal existente que al que hay que asignar un espacio, medidas de seguridad, rutas para ciudadanos, vícitimas, detenidos, agresores, policía, profesionales, funcionarios etc...). Y luego tomar las decisiones que podrán o no parecerse al modelo incialmente deseado. En realidad, salvando las distancias y sobre todo la magnitud de uno y otro caso, es como cuando nos compramos piso y tenemos que hacer la mudanza. Sabemos lo que tenemos que meter en el nuevo piso, hacemos mediciones, estudiamos las posibilidades en función de nuestras preferencias (comdidad, luz, calor, más o menos silencio etc...) y luego se toman las decisiones ubicando cada mueble y cada miembro de la familia en una habitación, de forma que cuando llegamos a casa cada uno sabe dónde tiene que ir.
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