"El mayor error lo comete quien no hace nada porque cree que sólo podría hacer un poco". Edmund Burke.

domingo, 30 de marzo de 2008

Reflexiones de la huelga (y 4): negociación y gestión de la presión

Abordo, en este post el último de los capítulos de esta serie dedicada a la pasada huelga al menos por el momento. Para acabar he escogido uno de los leit motiv de las asambleas y que luego muchos compañeros me han repetido: ¿no se podía haber conseguido más dada la presión que se estaba logrando con el apoyo masivo a la huelga?. En el fondo, de lo que se trata es de saber si los sindicatos hemos gestionado o no bien el apoyo demostrado y como corolario a esta duda se encuentra la cuestión de la legitimación para negociar. Estudiémoslo sin complejos.

No existe ninguna razón para pensar que la fuerza de una huelga sea directamente proporcional a la cantidad obtenida en la negociación. Tampoco puede sostenerse que exista relación entre la duración de la huelga y los incrementos obtenidos por sucesivas ofertas. No es cierto que si en dos semanas se consiguen 60 euros en cuatro se van a conseguir 120. Lo que sí cabe pensar es que de mantenerse la huelga la administración presione con una retirada de su propuesta retomando la negociación desde cero.

No obstante, no cabe duda de que lo conseguido es fruto de la presión ejercida. De no haber existido un seguimiento tan aplastante, de no haberse llevado a cabo la huelga con la determinación con la que se hizo, no hubiera existido la reunión del día 18. Como tampoco hubiera existido la reunión del 3 de marzo de no haberse convocado la huelga para el día 4. Asmimismo, si no se hubieran convocado unas concentraciones a comienzos de febrero no se habrían constituido las mesas técnicas. En estos tres momentos la administración se vio forzada a abandonar su estrategia pasiva dando largas (recordemos las primeras propuestas de la administración) y pasar a la acción elevando las ofertas. No cabe duda que sin presión y sin la convicción con la que se ejerció no habría, a estas alturas de año, un acuerdo firmado.

Pero eso no es todo. Lo mejor del acuerdo fue, sin duda, que se alcanzó con las medidas de presión en su mejor momento, con el 95% de funcionarios en huelga a pesar de que según nos dijeron "este gobierno no negocia bajo presión". Pero también hay que valorar positivamente que se alcanzara rápidamente, minimizando las consecuencias adversas y evitando que el conflicto se enconara entrando en un callejón sin salida que a nadie conviene. Y esa rapidez hay que anotarla también en el haber de la huelga y de su fuerza.

Reflexiones sobre la huelga (3): la presencia en los medios

Una de las peticiones más repetidas en las Asambleas era que se tuviera mayor presencia mediática en respuesta a las insinuaciones y descalificaciones que se lanzaban desde la administración. Esta es una cuestión en la que también se pueden sacar conclusiones de cara a futuras acciones aunque también es cierto que la realidad es más compleja de lo que parece. Analicémoslo detenidamente.

Este es uno de los temas que me preocuparon durante la huelga puesto que las movilizaciones se realizan para desgastar a la administración atacando su imagen donde más les importa: ante la opinión pública. Dos cuestiones:

Por un lado, no es cierto que no se ha contestado a la administración. Se ha hecho tanto por medio de notas de prensa conjuntas como por medio de las decenas de entrevistas que se han dado durante los días de huelga. A este respecto creo que, en ocasiones se ha saturado tanto a los medios que el mensaje no podía llegar claro. Ha habido demasiada dispersión del mensaje y solapamiento entre las notas de prensa y las declaraciones individuales de forma que, en ocasiones, la nota de prensa perdía fuerza porque el día anterior todos habíamos aparecido ya en los papeles. Es decir, nosotros mismos desactivabamos la novedad de la nota de prensa. Habrá que aprender para el futuro.

No obstante, en esta materia las dos partes no jugamos con las mismas armas. No me refiero sólo a la experiencia sino también a los medios de que disponemos cada uno y, sobre todo, al manejo de los medios. Una cosa es lo que se manda a la prensa y otra cosa muy distinta es lo que al final aparece publicado. A veces no aparece con la repercusión que pretendíamos. Daba igual que los textos fueran largos o cortos, al final, el mensaje no llegaba correctamente. En este sentido, siempre he tenido la sensación de que a la administración no le ocurría lo mismo y sus notas no aparecían mutiladas como las nuestras. Esta limitación va a existir siempre pero puede suavizarse si se hacen las cosas mejor.

Sin embargo, no todo es tan negativo. Las intervenciones en los foros de los diarios digitales creo que ha sido todo un acierto. Internet nos da la posiblidad de intervenir directamente y responder en tiempo real. En este sentido creo que hay que agradecer a todos los que intervinieron en esos foros. Además, el negocio de internet se basa en las visitas, así que una forma de que la huelga estuviera más presente en los medios digitales era fomentar el diálogo en los foros de comentarios relacionados en la misma.

Reflexiones sobre la huelga (2): los 700 euros

Una de las cuestiones más comentadas en los últimos días ha sido si fue acertado pedir de inicio 700 euros. Creo que en este punto ha podido existir también algo de falta de comunicación. No obstante, vaya por delante que si se ha llegado a esos 410-425 euros mes en 2011 es, en parte, porque se pidieron de salida esos 700 euros. Me explico.

Se ha dicho por algunos que la reclamación de 700 euros era excesiva y que había creado demasiadas expectativas en los funcionarios provocando una cierta decepción por la cifra finalmente conseguida. A este respecto, lo tengo muy claro, la cifra incial era la adecuada y se planteó desde el principio como una cantidad de salida nunca de llegada por lo que no alcanzo a entender muy bien eso de las expectativas creadas. Entiendo que en una negociación hay que ser ambicioso y pedir las mejores retribuciones para todos. Entiendo que en una negociación la petición de salida debe estar fundamentada en argumentos sólidos para que pueda ser sostenida en la mesa de negociación. No puede sostenerse una petición exagerada o una petición basada en el azar o en una conversación informal en un bar con unos blancos de por medio. Entiendo que en una negociación la petición incial de salida debe ayudar a llegar al mejor acuerdo posible situando el tope máximo de la horquilla lo más alto posible (la otra parte tirará hacia abajo sin ninguna duda). Además, en este caso, existía otro condicionante que era la ausencia de referencias concretas a 2011 salvo Madrid lo que nos llevaba a hacer una proyección de lo que pudiera pasar en estos cuatro años con el resto de comunidades. Bajo mi punto de vista, los 700 euros cumplen con los tres requisitos citados y el condicionante expuesto. Una cantidad más baja hubiera puesto el tope demasiado bajo y una más alta hubiera hecho la propuesta insostenible como cantidad de salida.

Pero, es que como he dicho antes, esa cantidad era una propuesta de salida nunca de llegada y así se dijo en su momento (al menos en lo que a mi respecta). Si alguien lo hizo de otro modo, se equivocó. En este sentido, hubo quien, acertadamente sostuvo la opinión de que, a la hora de valorar un acuerdo había que ver siempre la botella medio llena y no medio vacía. Partimos de cero (pues no había obligación legal de incremento salarial) o si se prefiere de los 200 euros de la propuesta incial del Gobierno de Cantabria y llegamos hasta los 425 euros del acuerdo.